Día 1:
1. En un frasco, combina la masa madre deshidratada y el agua tibia hasta que el agua cubra las hojuelas. Déjalo reposar en un lugar cálido.
20 g masa madre deshidratada
30 g agua tibia
2. Durante las siguientes 4 a 8 horas, revisa la masa madre de vez en cuando, revuelve hasta que esté completamente hidratada y se vuelva una mezcla suave y uniforme.
3. Una vez llegado a este punto, puedes comenzar con la primera alimentación, añadiendo 10 g de harina y 10 g de agua. Es importante tener en cuenta que no se debe desechar nada de la mezcla original.
4. A lo largo del día, revisa y observa si se forman burbujas en la parte superior. Esta es una señal de que la masa madre se ha reactivado. Aliméntala con 20 g de harina y 20 g de agua, y no tires nada de la mezcla inicial original.
Día 2:
5. Aunque parezca que no crece mucho en este punto, alimenta la masa madre con 20 g de harina y 20 g de agua. No deseches todavía nada de la mezcla original.
Día 3:
6. La masa madre debería empezar a crecer después de la tercera alimentación. Espera a que alcance su punto máximo, luego aliméntala usando una proporción de 1:1:1 (25 g masa madre + 25 g harina + 25 g agua).
Día 4:
7. De ahora en adelante, mantén una proporción de alimentación constante de 1:1:1 (25 g masa madre + 25 g harina + 25 g agua) hasta que observes un aumento constante después de alimentar. El tiempo que tarda esto en ocurrir puede variar entre 4 y 12 horas dependiendo de tu ubicación y temperatura.
Día 5 en adelante:
8. Una vez que la masa madre haya recuperado su fuerza normal, podrás utilizarla para hornear. Después de este punto, recomiendo alimentarla con una proporción de 1:2:2 (25 g masa madre + 50 g harina + 50 g agua).Ver como alimentar y mantener tu masa madre